2 de octubre de 2009

Rendirse es lo último


Es lógico que las situaciones personales y los acontecimientos que vivimos hagan que enfoquemos nuestra atención en situaciones en las que de otro modo no nos hubiésemos fijado tanto.

Hace unos días murió Carlos, un niño de 4 años, un niño aparentemente sano y fuerte... Aparentemente, porque tenía cáncer. Se lo detectaron en el 2007 pero tuvo una época en la que lo llevaba "bastante bien". Salía a la calle y jugaba con niños de su edad. Todos pensaban que saldría de esta pero de repente le bajaron las defensas y no pudo volver a hacer vida normal. La mayor parte del tiempo lo pasó ingresado en el hospital y el restante encerrado en casa por miedo a que cogiese algún virus. Creo que os podéis imaginar lo duro que tiene que ser para un niño de esa edad y sus padres esta situación.
La madre de Carlos está ahora llena de dolor y rabia, no comprende por qué su inocente hijo tuvo que sufrir durante la mitad de su vida, pero no le queda más remedio que seguir luchando, si ya no por Carlos, por ella misma y el resto de sus seres queridos. Es duro, pero rendirse y abandonarse no es solución.

Alguien me dijo una vez que si realmente crees en lo que quieres lograr, puedes conseguirlo.
Por eso está destrozada mujer tiene que creer que se repondrá (lo cual es lo más difícil). Una vez lo consiga (porque estoy segura de que lo hará) tendrá la mitad del trabajo hecho.

Por desgracia estos sucesos (muertes prematuras) están a la orden del día y es una lástima que sea así. Todavía queda un largo camino por recorrer en la lucha contra las enfermedades, pero sin duda alguna, hechos como el descubrimiento de una posible vacuna contra el virus del SIDA son un buen ejemplo de la lucha constante que la humanidad mantiene contra estas enfermedades.

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