4 de octubre de 2009

La amistad


Si buscas la palabra amistad en la RAE aparece la siguiente definición:
Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.

A mi opinión es una definición muy acertada, y, por supuesto le añadiría muchos más valores como hace la universal Wikipedia (confianza, sinceridad, empatía, fidelidad, comprensión, empatía...) pero aun así no lograría expresar a la perfección este notable sentimiento.

Y es que cuando hay amigos, amigos de verdad, las cosas se pueden ver de manera distinta. Cuando realmente tienes a alguien en quien confiar, cuando una o varias personas están ahí para tirar de ti y sacarte a la superficie, entonces las penas son menos penas, porque en cierto modo son tristezas compartidas y la carga se vuelve menos pesada. Con esto no quiero decir que el dolor desaparezca, pero es verdad que es muy reconfortante sentirte querido y querer (porque la amistad es recíproca). Entonces, aunque no tengas un buen momento familiar ni amoroso, son los amigos los únicos que quedan y si ya sabías lo valiosos que eran, reafirmas tus sospechas.

Tengo la suerte con contar con un puñado de estupendos amigos (de esos que se cuentan con los dedos de las manos), pero en mi caso sobran las palabras porque los amigos verdaderos no las necesitan para saber lo mucho que se les quiere y lo felices que nos hacen.

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