11 de diciembre de 2009

A correr en pos el mundo

Me he acordado de que por aquí causan mucho furor las poesías de Miguel Hernández y al leer esta no me he podido resistir a ponerla aquí.
EL AMOR ASCENDÍA ENTRE NOSOTROS
El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.
El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada.
Fueron pétreos los labios.

El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.

Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.

MIGUEL HERNÁNDEZ
La vida sigue su curso. A veces para bien y otras para mal, pero seguir… sigue. Habrá que moldearla como podamos para que se adapte a nosotros y nuestra forma de sentir. Para que al menos, no nos desviemos del camino elegido, aunque este quizás no sea el mejor.

Parece que no acaba la época de las malas noticias. Eso sí, esta vez no me vencen. Ya he visto que el mundo no se para por nada ni para nadie. Asi que no queda otra que correr detrás del mundo. Agitando las manos y gritando, por si acaso se para unos segundos y logramos alcanzarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario