Llorar por el vacío causado por un verdadero amigo o por una pequeña traición, no sólo sirve para pasarlo mal, de hecho, es un verdadero guiño apreciado lleno de amistad.
¿Pero, y si el vacío es muy grande? ¿Y si las traiciones se suceden día tras día?
Vivimos como soñamos: solos
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