20 de septiembre de 2009

Estrellas. Ojos. Atrás. Rubí.



Hace casi un año, en una hora en la que faltó mi profesora de física y química, comencé una especie de “juego” con mi compañera de mesa. Cada una le decía cuatro palabras cualesquiera a la otra y con ellas debíamos escribir una pequeña historia. Fue entonces cuando descubrí la tremenda capacidad inventiva de Ana y cuando me di cuenta de que lo mío en el mundo de las letras era tan sólo un pasatiempo.
Este es uno de los primeros relatos que escribí, si no el primero...
Palabras: estrella, ojos, atrás y rubí.

Todavía no había descubierto el sentido de la vida cuando recibió la visita fatal.
La nostalgia llegó a él para quedarse. Su vida cambió radicalmente. Ahora él era vasallo del tiempo, sus ojos no hacían más que mirar atrás, hacia un pasado para siempre perdido. Olvidó sus perspectivas de futuro y debido a eso, la estrella que llevaba dentro le abandonó. En lo más hondo de su alma se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, sin embargo no pudo hacer nada para evitarlo.

Anoche creyó ver un rubí en el cielo. Lo primero que le llamaba la atención desde hacía meses. Seguramente solo fue un efecto visual ¡Pero que bonito sería creer que una piedra preciosa ha logrado alcanzar la bóveda celeste!

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