Lo que que tiene el amor es que después de dejarte en lo más hondo del pozo, coge un día y te eleva hacia las nubes.
Sé perfectamente que este viaje a las nubes puede ser breve. Muy breve. Y que cuando termina uno lo pasará peor aún. Pero una vez que se ha arriesgado tanto, que se ha lanzado la mente a la aventura y al peligro, no se puedo abandonar así como así la locura.
¿Pero por qué? ¿Soledad? No. ¿Compasión acaso? Tampoco. ¿Dolor? Ni siquiera por eso.
La respuesta es tan fácil. Tan sencilla… Porque se ama. Y aunque no sea en las mejores circunstancia, con el amor se consigue diluir las tristezas.
Entre pena y pena: sonríe. Estás a tu vera. Es todo lo que necesitas saber.
Probablemente en un futuro uno quiera darse cabezazos contra la pared por haber reconocido y arriesgado tantos sentimientos, pero creo que al amar de verdad siempre se expone uno al sufrimiento.
He hecho cálculos. A mí al menos me merece la pena. No se a vosotros pero… ¡Qué sonrisa acude a mis labios!
Deseo que la mejor de las sonrisas, sea por el motivo que sea, ilumine vuestras caras.
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