Cinco años. Hoy se cumplen cinco años de la muerte de Ángel.
Sé que
los aniversarios no significan nada. Pero son cinco años sin él y me
cuesta hacerme a la idea de que ha pasado tanto tiempo y seguirá
pasándolo. Esto es para siempre. Ángel no va a volver.
Nunca he
sabido lidiar con la ausencia. Cuando alguien a quien quieres y que
forma parte de tu vida, se marcha de improvisto, deja un hueco muy
grande.
El tiempo ayuda a distanciarse del dolor. Pero el vacío
siempre queda ahí. No sólo pierdes a tu persona, también pierdes todas
las partes de ti que la entregaste, y todos los momentos que no podréis
vivir juntos.
Nadie es imprescindible, pero nadie es reemplazable. La ausencia permanecerá inmutable ya pasen 5 años o 50.
No queda otra que aprender a convivir con esa sensación de vacío que producen las pérdidas.
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