9 de mayo de 2013

El esplendor de las rosas (como tú)




Intento estudiar, de verdad que lo intento, pero levanto la vista de los apuntes y solo tengo ojos para la rosa que me regalaste en nuestra última despedida. Soy consciente de que si no llega a ser por la apuesta que hicimos, no me hubieses regalado la rosa. A ti esas cursiladas no te salen espontáneas. Detallismo cero. Lo sé, yo soy igual.
El caso es que cada vez que levanto la vista me parece ver que los pétalos de la rosa están más oscuros y sus hojas más caídas. Cada minuto que pasa, la rosa pierde parte de su dulce aroma. Nunca antes había reparado en la fugacidad del esplendor de las rosas. Dicen que si se las mima y cuida, pueden llegar a aguantar más de una semana. La mía tiene cuatro días y ya va camino de marchitarse. Me encantaría poder preservarla, que mantuviese su estado actual para siempre. Pero el paso del tiempo se hace más patente en su apariencia que en la nuestra.

Me resisto a pensar que el mismo tiempo que marchita la rosa, pueda marchitar nuestra amistad (que es la forma más sana de amarnos). Va a ser duro pasar, como mínimo, otros seis meses sin vernos. Resulta abismal el contraste entre tenerte y perderte. Es un dulce castigo haberte recuperado durante unas semanas para volver a verte desaparecer. Y sin embargo, aunque haya sido por poco tiempo, merece la pena haberte visto resplandecer. En unos días has mejorado mi vida notablemente, contagiándome tu brillo, tu ilusión… tu esplendor de rosa. Ese esplendor que se va a quedar aquí conmigo, aunque tú no estés y la rosa termine muriéndose (intentaré secarla para no perderla).
Voy a esforzarme en preservar tu característica alegría. Prometo que no permitiré que ningún océano de por medio te aparte de mí ni logre que yo deje de ser tu confidente y compañera de travesuras.
Acabo de mirar el reloj y he descubierto que son más de las cuatro de la mañana. Momento de irse a dormir. No me eches de menos, que en unos minutos nos reencontramos en mis sueños.

(Me despido susurrándote al oído… Sweetheart, everything's gonna be alright).

No hay comentarios:

Publicar un comentario