13 de diciembre de 2013

Pinchazo doloroso

Dices: “Siempre tienes que ir un paso más allá”.
Y tienes razón. Me encantaría conformarme con el paso que acabo de dar, parar, respirar hondo y disfrutar de las vistas desde aquí, pero siempre hay algo dentro de mí que me impulsa a querer ir más allá. Porque… ¿Y si un poco más lejos encuentro lo que busco? ¿Y si resulta que, efectivamente, todo es demasiado poco porque existe algo maravilloso más allá de la cima? ¿Cómo no voy a excederme? ¿Cómo me voy a arriesgar a perdérmelo? Por eso, a mi parecer, nunca nada es suficiente.
Aciertas con tus palabras como si clavases alfileres en motas de polvo. Y ellas no pueden sangrar, pero el pinchazo les duele igualmente.

11 de diciembre de 2013

Días...

Días en los que recurre a ciertas notas mentales que tomó hace años.
Días en los que se busca entre huidas.
Días en los que recuerda decisiones de hace tiempo y que le gustaría haber llevado a cabo.
Días en los que repite por enésima vez que “se acabaron las taquicardias absurdas, las decepciones y los desplantes” y que “nunca más”.
Días que se escuda en heridas que se reabren.
Días negros, o rojos (como decía Holly).
Días de arrepentimiento y reintento de despedidas.
Días que, en contra de su deseo, se vuelven a repetir.

Ella cree que si existen esos días… significa que no hay progreso. Pero también cree que si cierra los ojos la realidad desaparece, que la música es un salvavidas, y que no existen suficientes palabras. Así que… ¿qué sabrá ella?